Filiación

                                                        Los dueños de la verdad la siguen buscando. Jose Narosky

   Pasaron dos meses desde que se realizaron los exámenes de filiación, en teoría los resultados estaban en veinte  días pero no, fueron ocho largas semanas de incertidumbre o treinta y ocho años.
Tenemos varios personajes cada uno con su versión, que es en fin lo que pasa siempre, cada uno tiene su historia para contar, su legítima defensa; ya sea por acción u omisión, ya sea por cobardía o egoísmo. Diría la canción: Antón, antón, antón pirulero, cada cual, cada cual,  que atienda a su juego…
Luis
Me llamo Luis trabajo con mi tío Pepe, vivo en una pensión. Hace unos meses me pidió firmar unos papeles, le dije que sí, él me da trabajo que me sirve para vivir con mis hermanos. Pero algo salió mal, así que me fui al interior hasta que las cosas se arreglen.
Por suerte encontré trabajo en un campo con una familia, tengo techo y comida, la familia es muy agradable tienen varios hijos y  la mayor es hermosa.
Pasaron los meses con Laura nos queremos mucho, estamos de novios y enamorados,  yo tengo veinte y ella es más chica, tiene pelo negro ojos claros y sabe manejar bien la veintidós.
 La verdad me siento muy bien, les envío dinero a mis hermanos, me dicen que las cosas siguen igual.
Llega mi hermana y al día siguiente la policía, me llevan detenido. Qué impotencia. Me acusan de fraude y no tengo defensa, soy el perejil de esta historia, esa noche mi hermana me acompaña.
Pasaron cuatro meses estoy en la cárcel sin una sentencia, sin un juicio justo, este es  un lugar que preferiría no recordar nunca, desterrar de mi memoria, pasamos frío, hambre, el humano se reduce a números, pago de coimas, todo se compra y se vende, estás sujeto a golpes, castigos. Juro que cuando esté libre voy hacer lo posible para salir adelante, no merecía esto. Alguien del pueblo me cuenta que Laura va a tener un bebé, pero ella no quiere saber nada de mí, ni sus padres. Para ellos soy una vergüenza, seis meses nada comienzo a pensar que ella no me quería, que es mentira lo que dicen.
 Pasaron ocho meses pude salir. Encontré trabajo estable y de repente las cosas tomaron un buen rumbo, de Laura y su familia no quiero saber nada.
 Me gusta una chica que pasa por la vereda, la invito a salir, se llama Consuelo, es una flaca rubia de ojos claros, es muy dulce, estudia, nos ponemos de novios y al tiempo nos casamos, le cuento de mi historia con Laura y que no me quiso ver más, que dicen que tengo una hija. Pero yo estoy armando por fin, mi familia.
 Tengo seis hijos, pasaron once años alguien me dice que la hija de Laura creció que hagamos una cita, a último momento se arrepienten porque la nena está acostumbrada a sus abuelos que no podrían vivir sin ella.
Laura
Soy Laura, tengo dieciocho años, mi vida parece simple, vivo en un pueblo con mis papás, un poco estrictos, quizás más mi mamá, mis hermanos van a la escuela, tenemos un campo con huerta y animales. Hace unas semanas contrataron al Cordobés, un chico más grande pero muy buen mozo. Pasaron los meses y estamos muy bien, nos queremos. Pensamos en vivir juntos, ir a Córdoba, conocer a sus tías.
Hoy pasó algo terrible se llevaron a Luis los policías, mis papás están muy enojados, que vergüenza, él está preso y no quieren que lo vea.  Estoy tan triste, no tengo ganas de nada.
Javier se enteró que estoy sola, quiere que salgamos, que seamos novios. Le cuento lo que me pasa me dice que no importa, a Luis no lo quiero, ni puedo ver.
 Pasaron los meses estoy a punto de ser mamá, mi hija va a nacer pronto.
 Nació Paula, le puse mi apellido. Mis papás se encariñaron con la beba que pasa más tiempo con ellos porque yo comencé a trabajar, la consienten en todo. La nena está creciendo y pregunta por su papá, le dije que era un señor del pueblo (convenimos que era lo mejor) pero que nos peleamos.
 Me vuelvo a casar y a rehacer mi vida Paula vive con sus abuelos, es feliz. Evado sus preguntas, la veo cada vez menos. Me voy del pueblo.
Paula
Hola soy Paula hasta hace tres meses pensé que mi papá era un señor del pueblo donde nací.
 Tengo treinta y siete soy mamá de dos hermosos niños, estoy separada; a los dieciocho años me casé y me fui a vivir al sur. Estoy de vuelta y trabajo todo el día. La noticia me desencajó, no entiendo nada, que mi papá no es el que yo pensaba. Llamé a mi mamá, llora y me pide perdón y me siento confundida, enojada, aturdida y con mucha impotencia.
Me contactó la hija de mi supuesto papá, ellos siempre supieron de mí.
Me crié con mis abuelos, la verdad nunca me faltó nada, muchas veces me planteaba el hecho de no vivir con mis papás, si me quisieron o no. ¿Por qué no están juntos? ¿Por qué se separaron?. Como que comienzo a comprender un par de cosas.
Abuelos Díaz
Tenemos una gran familia, varios hijos, el campo está andando bien, así que tomamos gente, un jovencito muy simpático comenzó a trabajar, es emprendedor y muy activo.
 Hace un tiempo notamos que se entendieron con Laura, parece que va en serio.
Pero todo se echó a perder el día que llegó la policía y se llevó a Luis, qué papelón, qué vergüenza, en el pueblo no se hablaba de otra cosa, además corren los rumores.
Laura está embarazada, Luis preso, pobre criatura, la vamos a cuidar pero que ese sinvergüenza ni se acerque.
Paula es tan buena, lleva años viviendo con nosotros, nos llena de paz y alegrías.
Buscadora
El sábado: hablando con Luis le pedí datos de mi hermana y su mamá me dice que la Sra. se llama Laura Díaz, que el vivió en su casa, me dice que la nena debe ser tres años más grande que yo, que se llama Pía.
Entonces por todos los medios comienzo a buscar a Pía y no tengo respuestas, trato de comunicarme con Laura y nada.
Martes: surge una prima que me comenta que su tía Laura tiene una hija que se llama Paula, no Pía y que tiene la edad que yo digo  y me pasa su teléfono y hablo con ella, esa chica que no quiso conocernos hace quince años, que es una adulta, se está enterando por mi boca que parte de su vida es una farsa o una máscara o que le falta una parte de la historia. Le cuento que mi papá o su papá, es el mejor del mundo que se desvivió por nosotros, que nos crió, nos mima y consiente. Que además tiene más hermanos y que ella es la mayor, no yo. Pasa una semana y voy con María a ver a Paula, la reconozco y ella levanta la mirada. Está ocupada. Esperamos un rato, treinta y ocho años y hablamos en  veinte minutos lo que se puede resumir una vida. Le decimos que estamos dispuestas a llegar a la verdad, que mi papá afirma que tiene una hija, ella nos confirma que su mamá dice que si es hija de Luis, le ofrecemos que cuando quiera se pueda realizar análisis para confirmar ADN, paternidad o lo que sea. Con María salimos de su trabajo emocionadas, con esa sensación de escalofrío, de que pasó algo fuerte, de que encontramos una hermana.
 Llegaron los resultados  y excluyen la existencia de vínculo de paternidad entre Luis y Paula.
Alguien omitió algo en esta historia creando una triste secuencia, un triste final.

Foto tomada de Internet.

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