Una mañana
La cabaña es una casa antigua que heredó mi mamá, vivimos aquí hace unos años, mis papás están remodelando partes de la casa, ya hicieron otro piso y el baño que tiene azulejos rosas con burbujas, un cuarto para ellos y otro para nosotros.
Pero esta casa es particular, es antigua, tiene bases sólidas de adobe, sus paredes son anchas, fuertes y llenas de misterios.
La cabaña tiene una despensa o salón donde guardan muchos objetos, aveces mi mamá me manda a buscar cosas.Hoy, por ejemplo.
Cuando prendo la luz casi siempre me da la corriente, así que debo tener cuidado. Me entretengo viendo cajas, colchones, cosas viejas, juego un rato y después salgo al patio.
Miro las jaulas con tantos pájaros que son de mi papá, todas tienen dos vasitos de colores para el agua y el alpiste, hay canarios de varios colores, cardenales, tordos y una reina mora que siempre canta bonito. Mi papá suele temprano darles de comer, sacar las bandejas que están debajo de las jaulas y lavarlas. La semana pasada nacieron unos canarios chiquititos.
Trato de hacer una pócima para que crezcan más las plantas, en eso sale mi hermana, trae muñecas y juguetes para que vayamos al fondo, ella siempre tan ocurrente.
Mi mamá ya se olvidó lo que me pedía, uno de mis hermanos se hizo la pis y otro llora.
Con Ana vamos hasta donde hay una casa rodante, es de un amigo de mi papá que la dejó y parece que se olvidó.
Cuando abrimos se siente olor feo, seguro por que esta cerrada hace tiempo; pero es hermosa, tiene cortinas a cuadros rojas, naranjas y marrones, un baño chiquito, una mesa y sillas que se transforman en camas, jugamos un rato a que somos grandes y nos vamos de viaje, ella seguramente maneja, yo cocino.
Es gracioso como pueden suceder tantas cosas en media mañana, hace calor, por suerte tenemos agua y naranjas. Al rato se siente los gritos desde la cocina: -Negra tráeme el aceite y la sal gruesa...
Salimos corriendo con Ana apuradas, preocupadas, como si el encanto se hubiera roto y nos llaman a la realidad.
Llegamos a despensa, buscamos el aceite y la sal. Ayudamos a mamá a poner la mesa, a juntar los juguetes que tiraron los chicos, Martín ve dibujitos y Luis está sentado en un corral, Pampa él bebé duerme.
En un rato va estar la comida. En un rato llega papá. En un rato ellos se duermen y seguramente esta siesta vamos de nuevo al patio a jugar, a empaparnos de ilusiones, a soñar sin parar.
Pero esta casa es particular, es antigua, tiene bases sólidas de adobe, sus paredes son anchas, fuertes y llenas de misterios.
La cabaña tiene una despensa o salón donde guardan muchos objetos, aveces mi mamá me manda a buscar cosas.Hoy, por ejemplo.
Cuando prendo la luz casi siempre me da la corriente, así que debo tener cuidado. Me entretengo viendo cajas, colchones, cosas viejas, juego un rato y después salgo al patio.
Miro las jaulas con tantos pájaros que son de mi papá, todas tienen dos vasitos de colores para el agua y el alpiste, hay canarios de varios colores, cardenales, tordos y una reina mora que siempre canta bonito. Mi papá suele temprano darles de comer, sacar las bandejas que están debajo de las jaulas y lavarlas. La semana pasada nacieron unos canarios chiquititos.
Trato de hacer una pócima para que crezcan más las plantas, en eso sale mi hermana, trae muñecas y juguetes para que vayamos al fondo, ella siempre tan ocurrente.
Mi mamá ya se olvidó lo que me pedía, uno de mis hermanos se hizo la pis y otro llora.
Con Ana vamos hasta donde hay una casa rodante, es de un amigo de mi papá que la dejó y parece que se olvidó.
Cuando abrimos se siente olor feo, seguro por que esta cerrada hace tiempo; pero es hermosa, tiene cortinas a cuadros rojas, naranjas y marrones, un baño chiquito, una mesa y sillas que se transforman en camas, jugamos un rato a que somos grandes y nos vamos de viaje, ella seguramente maneja, yo cocino.
Es gracioso como pueden suceder tantas cosas en media mañana, hace calor, por suerte tenemos agua y naranjas. Al rato se siente los gritos desde la cocina: -Negra tráeme el aceite y la sal gruesa...
Salimos corriendo con Ana apuradas, preocupadas, como si el encanto se hubiera roto y nos llaman a la realidad.
Llegamos a despensa, buscamos el aceite y la sal. Ayudamos a mamá a poner la mesa, a juntar los juguetes que tiraron los chicos, Martín ve dibujitos y Luis está sentado en un corral, Pampa él bebé duerme.
En un rato va estar la comida. En un rato llega papá. En un rato ellos se duermen y seguramente esta siesta vamos de nuevo al patio a jugar, a empaparnos de ilusiones, a soñar sin parar.
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imagen tomada de internet |
😍😍😍😄 !!! ... amé Tú historiaaa ... MGC❤💐💐💐
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