Me voy

Música de fondo, estoy buscando recuerdos míos, de la infancia, es como volver a revisar entre un montón de ropa vieja o buscar en álbumes, armar una trama, enlazar secuencias y esas secuencias como que se inmortalizan al pasar los años o se desvirtúan y queda una excelente síntesis de ese tiempo.
Tengo tres años mi mamá está limpiando la casa, ordenando, atendiendo a mis hermanos y me dice algo que me molesta muchísimo y la verdad no soy contestataria así que me empaco y decido irme, no sin antes amenazarla y ella irónicamente me contesta:-Bueno, ándate.
Lo tomo literalmente, siempre entendí mal las bromas. Me voy no me llevo nada, no necesito. De repente estoy caminando a la terminal que queda a tres cuadras de casa, cruzo la calle, hay mucho tránsito, llego hasta la avenida, veo la estatua del perro, al frente la calesita cerrada, sigo caminando casi llego, vuelvo a cruzar, más autos, puedo ver los carteles, la fila de taxis, gente que entra y sale,  veo los perros de la calle,  siento el rico el olor de la panadería donde siempre hay abejas, el señor que vende revistas y el chico que grita –¡diario!, los nenes que piden monedas, el señor que lustra zapatos, el olor a cigarrillo y las colillas en el piso, los altos tacos de las mujeres, sus perfumes y el hombre que las barre con un escobillón gigante que tiene querosén y aserrín. Al final, al fondo están los baños que tienen olor feo y un pozo raro. A los costados hay negocios de revistas, de comidas y gente comiendo sentadas en bancos.
Quiero tomar el colectivo a Güemes donde trabaja mi abuela, pero estoy  aturdida no sé qué colectivo tomar, de repente alguien me llama, una voz conocida me dice:
 Bachicha, ¿Qué haces aquí?
 Es él flaco Keki mecánico del taller pegado a casa, amigo de mi papá.
 Me pregunta: -¿Con quién estoy?
 Le cuento.

Me mira riéndose : -No enana, no podes irte sola… vamos a tu casa.

Imagen tomada de internet