Sonia respira

  Sonia tiene veintisiete años, vive con su mamá  y sus hermanas, estudia enfermería, tiene asma y un novio que le miente hace años.
Sonia es bajita de pelo largo y negro, siempre lleva una trenza. Es tímida y algo desconfiada, no recuerda  si su mamá alguna vez la abrazo.
Sonia hoy tiene otro ataque, realiza bocanadas tratando de sacar ese aire de más, pero le es imposible, busca su expectorante, tiene varios distribuidos por la casa.
Ella se hace mala sangre por que la plata, nunca es suficiente.
Cuida a una anciana déspota y malhumorada los fines de semana y el resto de los días cursa y vende productos de catálogo. No le alcanza, pero tampoco es posible trabajar en comercio, ya que exigen disponibilidad absoluta.
Sonia tiene otro ataque y se figura que en ningún lugar el aire le alcance, su mamá está enferma, obesa y depresiva, sus hermanas se burlan de ellas.  Su hermana mayor le dijo que se tome el palo, que se valla, que es una molestia.
Su papa murió hace unos años y es desde cuando todo fue de mal en peor.
Su novio con el que va y vuelve hace seis años, tiene desde hace tres un hijo con otra chica, a la que nunca quiso, o por lo menos eso le repitió hasta el hartazgo para que volvieran.
Sonia se siente en parte cansada, de las fotos del niño, él le dice que se mude con ellos; que serían felices los tres. El tiene un departamento modesto, donde suelen encontrarse, en un barrio bastante alejado de la facultad.
 A ella la propuesta le parece ridícula, por que volver a confiar y hacerse cargo de una casa, de una pareja y de un niño, que no es suyo.
Está cansada pero le falta coraje para dejarlo todo, su familia toxica, su trabajo infeliz, su relación con Víctor, no se siente capaz o segura, no puede dejar de sentir la desolación, el maltrato y la injusticia.
Hace unos meses  averiguó  precios de varias pensiones, quizás vendiendo su moto le alcance un par de meses. Pero  no se anima.
Camina mucho para ahorrar, entonces en esas caminatas reverbera, planea, intenta buscar una salida de esta su realidad y sólo encuentra respuestas en su título, en su independencia económica y poder vivir su vida.
La próxima semana rinde, por suerte le quedan pocas materias, aunque la mesa pasada le dio un ataque, esta vez trata de mentalizarse, estudia día y noche en su cuarto, donde a veces hasta come, para no chocarse con sus hermanas. Su cuarto tiene llave, porque estaba cansada de que le saquen sus cosas.
En un rinconcito de alguna ciudad Sonia  hace oídos sordos a las críticas constantes, llora amargamente por su padre, pero tiene la certeza de va a lograrlo.
Mientras tanto, hace lo que puede y mientras puede, respira.

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