Se va



  Ayer me pidió que lo entienda, me dice que ya no puede caminar más, que se agita y le duele todo.
Yo asentí con la cabeza como quien le da la razón a cualquiera para no confrontar, pero sigo sin entender su muerte en vida, su resignación, su tenaz manera de irse a ningún lado, su crítica y terror al mundo, todo lo que pasa en las calles, las noticias, su manera detallista enumerar y clasificar medicamentos.
¿Qué significa no poder más? ¿Por qué se le da por llorar?
¿Qué va a pasar cuando no esté?
 Me quedo con el sin sabor con el que terminó su vida, con ese túnel sin respuestas, con esa su angustia eterna.
¿Y qué pasa si lo sacudo un poco? si le digo que lo quiero, que a pesar de todo siempre espero verlo sonriendo, que estaba rico su almuerzo, que aquel viaje a la playa fue el mejor de todos, si le doy un abrazo y le estrujo los huesos, puede que su corazón sienta algún pulso y le contagie mis ganas de seguir viviendo.

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