Sálvese quien pueda


      Sospecho que no va a parar de llover y me dicen por ahí que no dan ni ganas de salir. Así estamos asustados, preguntándonos siempre cual es la fórmula, la clave, el acertijo, para por fin dejar la rutina que pudre todo.
Autómatas , vamos repitiendo sin cesar que no deseamos ni el bien, ni el mal a nadie…básicamente al otro no le deseamos nada.
Estamos tan distantes y tan distintos, tan cada uno en su papel, que nos cuesta mirarnos a los ojos, nos corrompimos al crecer y dejamos lo más lindo de lado, dejamos de querernos tal cual somos, dejamos de buscarnos y también de encontrarnos. Y nos pasa en la casa, con los amigos, con los primos, nos enajenamos. Cada cual peleando sus batallas, donde esa irrealidad cada vez es más real.
Reinan lo monólogos, la victimización, la altanería y hay tanto de sin sentido que ya no importa lo que siente el otro, es un abismo lo que nos separa. Hasta resulta ridículo intentar usar otros zapatos, duele la incomprensión de todos modos.
Estamos atravesados por la cultura del sálvese quien pueda, donde importa más la apariencia. No nos toleramos nada ya.
Gana la pantomima autista y por dentro unos y otros se derrumban en doce mil cuotas con intereses sobrevaluados, cuando simplemente suplicamos un puto abrazo.
Básicamente hay días en los que se me ahoga la esperanza y me duele no vernos.  Ojalá pare de llover tanta tristeza.

imagen tomada de internet


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