Palabras sujetadas

Imagen tomada de Internet 

Al rincón de los silencios,a ese de las palabras no dichas,
hoy voy a ponerle flores, se lo merece, tantas frases que murieron en el intento y ya prescribieron.
Supongo que necesito ordenar alfabéticamente cada monólogo o
frase no dicha, de esas que quedaron en suspenso, carburando...
Por fin voy a mirarlas de frente,
necesito enfrentarlas, si de modo imperativo y urgente.
Debería yo utilizar estrategias y otros recursos para por fin decilas.
Pero la manía de guardarlas para no confrontar me está matando.
 Aveces salgo con el discurso casi terminado y voy por el camino meditando: Tengo que decirle, decirte, decir algo y bueno me callo.
Me sigo atragantando y no alcanzo a dar las señales suficientes para que me escuches, me escuchen y entiendan que siempre quiero decirles algo.
Decirles por ejemplo que los extraño, que ya me duelen los metros que vivo tan lejos.
Decir por ejemplo que intentó ser mejor.
Decir por ejemplo que me estafaron el corazón un par de veces y sane sola.
Decir que aveces no puedo y no tengo ganas y todo es cuesta arriba.
Decir que me explota la cabeza con un proyecto, que muero por viajar.
Decir por ejemplo que no entiendo tantas cosas, no proceso tantas otras.
Decirle a ella que siga con su vida y vos que me mires a los ojos cuando decís que estas feliz, que ese es tu proyecto.
Decirle que no creo en su discurso estructurado, pegado y copiado de no se dónde.
Aquí estoy yo, yendo por la vía rápida escribiendo y no verbalizando, mejor paro teclado y voy a mirarme al espejo un rato, debo contarle a la mujer que se proyecta al frente un par de verdades.
Quizás después del careo por fin me animo y les digo todo, de a poco, de a mares, llorando, riendo, gritando, pero no me callo.






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