El cazador de espiritus
Torrox es
una localidad Malagueña ubicada en la costa sur oriental, es un lugar con 20000
habitantes, que queda a los pies de la sierra de Almijara , en Tejera.
Se dice por
ahí que es un gran pulmón verde con 9 kilómetros de costa y una temperatura
perfecta.
Con un amigo
llegamos con la idea de quedarnos 1 o 2 días, después de unos meses trabajando
teníamos unos mangos y queríamos conocer lugares.
Así fue que
alquilamos una habitación en la casa de un Inglés que era abogado, nos contó
entre otras cosas que por años fue alcohólico. Que llevaba un hermoso tiempo
sobrio y en este lugar había encontrado su eje. Nos recomendó una playa pero
nos pareció muy turística. Ahí conocimos a unos chilenos que nos contaron de
una playa paradisíaca con mar turquesa, pero para llegar debíamos ir a pie y
subir un cerro.
Ni lo
pensamos, salimos de caminata, cargamos en las mochilas unos sándwiches,
fernet, gaseosa, puchos y en eso de 2 horas llegamos.
El lugar era
realmente hermoso, un paraíso; había unos grupos dispersos de personas, que de
a poco se fueron. A la tardecita noche quedamos un par de turistas, unas chicas
y un poco más alejado había un francés que era como el chamán, tenía un perro con
tres patas, una tabla de surf y una red con todas sus cosas personales y era
con lo único que andaba.
Las horas
pasaron armamos un fuego y comimos, charlamos entre todos y pinto hacer música
y el francés se acercó con el instrumento más raro que vi en mi vida, una lata
con cuerdas de alambre y con sonido metálico sonaba como un banjo, él era muy
copado como místico, fue mágica la conexión entre todos.
Después de
eso nos dormimos alrededor del fuego.
En medio de
la madrugada yo sentía ruidos, eran ratas que bajaban a comer, eso me tenía
despierto, intranquilo y molesto, para colmo el fuego se estaba extinguiendo.
Por eso fue
que vi unas luces en el cerro que bajaban, al rato aparece un tipo al que no le
podía ver la cara, su presencia me dio miedo.
Supongo que
ese era su fin, lo que pude ver era deformidad en la nariz, y me habló en
español con acento peruano y me dijo:
_Yo soy Pazuzu, hijo del rey de los
espíritus, el que desciende impetuosamente de las montañas y trae las
tormentas. Ese es el que soy" (se fue).
Cuando el
tipo se aleja lo despierto a Beto, porque me cague en las patas. El Beto no
entendía nada pero se quedó despierto. El tipo seguía dando vueltas,
revolviendo, entre las cosas, nosotros teníamos a lado nuestras mochilas, así
que no me preocupe.
Al rato
vuelve pero ahora hablando en inglés y me quedé más tranquilo, pude verle bien
la cara, tenía un cuerno: era un gringo con rastas, decía que era de Polonia: tenía
libro, un bolso, un arco con dos flechas; al parecer caseras.
Nos contó en
inglés que su tarea era cazar espíritus, que estaba buscando a un chico de pelo
negro y vestido azul. ¿Si lo habíamos visto?
Ahí la
conversación se puso rara, hubo un gran silencio...
Y después
pasó hablar en castellano y nos invitaba a otra playa, que quedaba cerca, decía
que había música, en eso las chicas también se despertaron. Le dijimos que no,
y el tipo se fue.
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