La mal querida

Rosario murió un lunes
y las palabras se derraman
armando recuerdos
de cómo y cuándo fué
la última vez
que la vieron
que la vimos
que giró a mirarme.
¿A dónde está el brillo de sus ojos lindos?
Rosario murió hace diecisiete horas
veinticinco minutos y estos segundos que se esfuman
y recorro los sitios donde dejó su rastro
miro su último mensaje, sus fotos
para encontrar ese...
[algo que no se ve]
leer entre líneas sus posteos
sus fotos, poemas, canciones
su voz, su pelo, su olor, su pulso que ya no está.
Rosario quiero gritar tu nombre,
para que vuelvas,
y no dejes de luchar
esta noche ¿quién te va a soñar?
Ésa nociva enfermedad,
fue colonizado todo su sistema,
y estalló en su inmunidad.
Pero yo sé la verdad,
murió de pena,
de tanto querér que la quieran
por amar de más
rota de la tristeza, vacía
porque todo lo pudo dar. 
Rosario murió un lunes
y parece que  el martes
el mundo va seguir igual.







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